Sonidos de los trópicos: Parte 3:
¿Me puedes escuchar? ¿Cómo se comunican los delfines en Bocas del Toro, Panamá, en un hábitat ruidoso?
La tecnología acústica nos ayuda a comprender el impacto de las actividades de los barcos en los delfines costeros.
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Imagínese vivir en un mundo en el que su visión se limita a unas pocas decenas de metros, un mundo en el que depende principalmente del sonido para saber dónde está, qué comer, con quién asociarse y quién podría comerlo. ¡Ahora imagine tener que hacer todo eso en un espacio muy ruidoso!
El sonido desempeña un papel fundamental en la vida de los mamíferos marinos. Las ballenas, incluidos los delfines, han desarrollado las formas más sofisticadas de utilizar el sonido para transmitir y extraer información del entorno y de sus congéneres (o miembros de la misma especie). La mayoría de las ballenas utilizan señales de ecolocalización para orientarse, localizar comida y detectar depredadores. Todas las especies han desarrollado un amplio repertorio de sonidos sociales para encontrar pareja, coordinar la formación de grupos y crear alianzas mediante la identificación de grupos familiares e individuos.
En los últimos 60 años, el espacio acústico en el que se comunican las ballenas ha ido cambiando. El ruido submarino provocado por el hombre, como el transporte marítimo, aumenta los niveles de ruido en 3,3 dB por década. Dado el papel que desempeña el sonido en la supervivencia y la reproducción de estos animales, existe una creciente preocupación por la interferencia del ruido provocado por el hombre, como el tráfico marítimo, en la comunicación de las ballenas y la calidad del hábitat.
¿Por qué debería importarnos el impacto del tráfico marítimo sobre los delfines? Los delfines son parte integral de los ecosistemas marinos. Son depredadores superiores y, como tales, son indicadores importantes de la salud del ecosistema. También tienen valor económico. Las actividades de observación de delfines en América Latina están creciendo tres veces más rápido que en el resto del mundo, lo que ofrece a las comunidades costeras una alternativa económica a la pesca.
En este caso, evaluamos el estado de una población residente de delfines mulares en Bocas del Toro, Panamá. Estos delfines fueron salvados de la extracción (para abastecer a los delfinarios) solo para convertirse en el objetivo número uno de las actividades no reguladas de observación de delfines en Panamá. Compartiremos los hallazgos del Proyecto Delfines sobre el impacto de las actividades no reguladas de observación de delfines desde embarcaciones y discutiremos una serie de esfuerzos de mitigación para regular esta actividad.
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